-¿Quién
te crees que eres? ¿Crees que esas canas son de algo más que tus años? ¿De
verdad piensas que significas algo para nadie? ¿De verdad te parece que aún hay
esperanzas para ti?
-¿Quién
te crees que eres? ¿Todavía deseas sentirte especial? ¿Crees que alguien lo
creería? Parece mentira que aún creas que aparecerá un príncipe azul o una
princesa cautiva que de sentido a tu vida. Eso ya no existe más que en tu
mente. ¿De verdad crees que a estas alturas podía suceder algo extraordinario?
Ilusiones.
-¿Quién
te crees que eres? Mira tus manos. Están
vacías. ¿las ves? Sólo son los recuerdos de lo que no has vivido… lo demás sólo
dejó huella. Mírate. Tus parpados caen, tus ojeras casi te impiden esbozar una
sonrisa y tus hombros ya no los levanta ni tus propias ilusiones. Artritis por
trabajar demasiado, artrosis porque siempre llega, úlceras que crecieron por
los golpes de la vida, pierdes pelo por el estrés (menos mal que está de moda
lo del estrés), tus piernas ya no te aguantan y has perdido veinte kilos en
cuatro meses. ¿Pero te has visto? En ti sólo nace el deseo de amor, de
amar y
que te amen. ¿Crees, de verdad, que eso es posible?
-¿Quién
te crees que eres? Nadie te ama, nadie te echa de menos, nadie se acuerda de
ti, a nadie le importa lo que necesitas, no eres imprescindible para nadie. No
eres nada para nadie. Nadie sacrificará nada por ti. No mereces nada. No
ames, No sueñes. No vivas. No quieras ser feliz.
-Procura
no amar o te harán daño, intenta no necesitar de nadie o te encontrarás de nuevo con esa soledad que no deseas y te
aplasta, olvida eso de vivir y no querrás morir de nuevo. Sólo respira mientras
te queden fuerzas. Para nada, al fin y al cabo... tú verás. O muere.
Con
un golpe seco apagó la luz del baño y ese espejo por fin calló.
1 comentario:
Aquí llegué y me quedo un ratito. Hermoso relato real y triste a la vez. El espejo no engaña. Un saludo.
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