Hoy, como en los últimos días, encendí la televisión buscando el único telediario que veo al día, único porque solamente veo uno. Y aparte de las de siempre, alguna novedad igual de deprimente o de apenas interés.
Pero resulta que zapeando me encuentro con que en la actualidad política de este bendito país el tema del día sigue siendo las “desafortunadas” palabras del señor Alcalde de Valladolid comparando a la señora Pajin con un personaje de dibujos animados. Yo creo que se refería a la Cerdita Peggy, pero bueno, como no se si alguien lo ha dicho puntualizare que yo también he pensado alguna vez en ello solo que me he conformado con reírme para mis adentros.
Igual me río con la que se ha formado alrededor de esto. Como si no hubiera cosas mas importantes de que preocuparse.
Lo que no entiendo es lo de “expresiones machistas”. ¿Desde cuando decir que alguien se parece a “algo” es machista? ¿Por qué ya el hecho de insultar a una mujer es considerado machista? ¿Si se hace con un hombre es feminismo? ¿Por qué el señor Blanco (creo) puede hablar del “plumero de Rajoy” y es estrategia política, comentario agudo... y es aplaudido, y no se traduce por insulto “homófono”?
Creo que se le escapa a mis entendederas.
Cualquiera de las dos actitudes me parecen síntomas de mala educación. Una puede que sea natural, dicen no es la primera vez que el Alcalde de Valladolid ha sido “pillado” en semejantes vergüenzas, y la otra forma parte del lenguaje soez al que nos están acostumbrando nuestros políticos haciendo de él arma dialéctica enfocada no a hacer campaña y convencer sino a desprestigiar al adversario mediante la descalificación y el insulto.
¿Y estos son nuestros políticos? ¿Vivimos en un corral de gallinas que cacarean como locas? ¿Nos estamos convirtiendo en un patio de vecindad barriobajunera?
Vamos rumbo a perder el norte, pero claro, es posible que discutiendo de estos temas, temas “políticos” al fin y al cabo, nos veamos mejor que haciéndolo sobre si Belén Esteban debe hacer las paces con su marido, mucho más banal.
La mala educación debe ser sancionable sin miedo a los posibles reproches. La diferencia entre “broma” e “insulto” deberíamos tenerla, que ya somos mayorcitos, bastante clara a la hora de hablar.
No se donde vamos a parar.