Cuando
guardas tu dolor para ti solo es duro y pesado, suele desbordar esas lágrimas
que no te permiten mostrarte fuerte porque el corazón se derrumba como un
castillo en la playa cuando lo arrasa una ola hasta no dejar nada y vuelves a
sentirte breve y vulnerable.
Y no
pides que te escuchen como no pides que te quieran. Hacerlo sería mendigar y el
amor no se mendiga, sólo se da o se recibe. Si sientes que no eres suficiente
para alguien quizás sea porque ese alguien no es suficiente para ti, porque si
te sigues sintiendo sola no merece estar contigo, ni tus lágrimas, ni tu
esfuerzo… porque tus tristezas, tus miedos, tus temores o tu locura serán las
que se quedarán contigo y dolerá el cuerpo, dolerán los sentimientos y dolerá
el silencio.
Cansada
de ser quien eres para ti misma te auto
inculpas, agachas la cabeza y cavas tu
propia tumba, y lo cubrirás todo con una resignación falsa y forzada porque esa
nada, ese vacío, esa desolación no se
quedarán en el camino sino que te acompañarán para siempre. Aferrarse al apego
no es felicidad y prefieres agonizar para no herir aunque tú ya estés
herida y te agote sobrevivir entre tus
huesos.No hay consuelo.
Pero
huir de ello y creer que no sucede o que el tiempo dará solución sólo retrasa
lo inevitable y te avergonzarás mañana de no haber tomado la decisión de luchar
por ti porque sabes que el alivio no llegará, calma no tendrás y el consuelo
seguirá siendo necesario.
Vivir
esperando, vivir mintiendo no es vivir. Vivir sólo instantes, vivir perdido,
vivir callando no es vivir. Vivir a medias no es vivir.
Yo
quisiera desear vivir y desear tener a alguien cerca de mí que me ame y, aunque ese amor me ate
porque yo no pueda corresponder y sepa que estar
con alguien a quien no amas es amar sin amor, quizás si pueda compartir mi
dolor, me resultará más liviano y, aunque siga doliendo, no parecerá que me duela
tanto porque me ofrecerá ese necesario consuelo.
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