jueves, 8 de noviembre de 2018

Dulce Ofelia...



Un lirio blanco descansa en la orilla
mientras, se entornan mis ojos,
se entreabre mi boca
y dejo escapar el último suspiro,
con una sonrisa en los labios
que nadie supo recoger
y que  desvanece un cielo desdeñado.
Como un primer amor, único y etéreo,
eterno en la memoria,
querencia infinita del que sabe amar.
Belleza mágica susurrada 
donde ya no sea posible soñar
con la pasión de un amor realizable
que acuna estrellas
y delicado en todos sus afectos.
Pruebas de amor o palabras que laceran,
locura de amor fuera de mi alcance,
flores que pierden su perfume
son lágrimas derramadas ante mi tumba,
romero y violetas, frágiles prendas
y en mi vida ya no hay vida.                      

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