Lo sabía? Sabía que
lo que iba a ocurrir desde el principio y no dijo nada?.
Qué esperaba? Que se
diera cuenta ella sola? Que lo viera? Pues no lo vió. No supo ver más allá de
un pequeño cambio, que si que es cierto que le extrañó, le chocó, pero pensó…
no quiere atosigarme, se siente atrapada en su vida, debo darle espacio.
No le pidió que la
esperara, es cierto, hasta poder solucionar tu situación. Le dijo que iba a
cambiarla. Sólo tenía que encontrar, porque no era lo que quería, el cómo y el
cuándo.
Y esas fueron, desde
ese momento, las únicas palabras que resonaron en su cabeza cuando pedía por
ella…”vendrá, sólo he de esperar un poco y rezar”.
Pero… era la chica
de los “pero”… ¡esperó tanto!.
Debería haberlo
hecho cuando estaba convencida. Entonces no la forzó a ello, nunca lo hizo, y
lo único que necesitaba era un poco, una mínima parte de su ser, que la ayudara
en la espera. Pero sí cree que vió su tristeza por lo que no le daba y que se
asustó porque, a pesar de lo que le decía, de todo el amor que le profesaba,
siempre mantuvo las esperanzas de un cambio en lo que no creía que podía
cambiar y lo que sufrió fue el miedo a voluntariamente cambiarlo todo, a
perderlo todo para no saber si iba a ganar más o a perder menos. Su necesidad
no era más que un problema más que añadir a su vida.
Creyó que se amaban
y cada una deseaba lo que la otra le ofrecía, felicidad, había estado segura de
eso. No lo vio y se equivocaba. Había muchas cosas a las que quizás no quería
renunciar, y nunca le dijo, y estaba dispuesta a sacrificar su amor por la
tranquilidad de su conciencia. No podía hacer daño a pesar de todo el que le
hicieron, Es loable y admirable eso de asumir la responsabilidad, pero cuando
te toca la parte del perder en la partida cuesta un mucho y suena a excusa. Y
eso es muy, muy difícil de entender cuando se ama, crees que te aman y te
apartan en beneficio de otra persona.
Sabe que eligió. No
sabe si con la medida de la responsabilidad y del miedo o es que es cierto que deseaba
intentar volver a su pareja con la misma intensidad que antaño porque aún la
amaba y, cuando le decía que no, le mintió… por ella misma, para eliminar la
posibilidad de sentir la culpa de abandonar cuando te hacen ver que te
necesitan… o por ella, porque creía que sería más feliz eliminando una espera
que no sabía cuánto duraría y encontrando así un alivio a su abandono.
Más… ¿dónde quedo
ella? ¿Qué había de su entrega y su dolor? ¿De su pérdida? ¿Qué de sus
sentimientos, esos que tendrá que olvidar… esos no eran importantes, esos si se podían dañar? ¿Qué era
de su angustia y su soledad? ¿Qué del amor que aún no había entregado? ¿Qué de
una vida que ya no quería vivir? ¿Qué de su fragilidad?¿Nadie era responsable
de hacerle sentir que había vuelto a ser arrastrada sin consideración?¿Es que
tendría que seguir sintiéndose comodín que se puede descartar para todo el
mundo? Eran demasiadas preguntas sin respuesta que la golpeaban hasta volverla
loca. ¿Por qué?
Cuál era su sitio
ahora?... Quizás ese rincón del que nunca debió salir para confiar, para
esperar, para amar.
Si, su culpa fue
amar sin poner remedio ni condiciones. Su responsabilidad, alimentar un amor
para luego tener que tirarlo.
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