domingo, 31 de enero de 2010

Confesion infiel


Y de mis pensamientos me miraron otras manos.
Pensé y, de mi ceguera, me abrazaron otros ojos.
Roce y, ante mi mudez, me abrazó otra boca.
Sentí y, por mi reparo, me amaron otros brazos.
Hablé y, de mi deseo, me nombró otro cuerpo.
Dormí y, de mi voz, me vieron otras palabras.
Bebí y, en mi ser, oi de otros alientos.
Comí y, entre mis labios, goce de otro perfume.
Toqué y, bajo mi dolor, me abrigaron otros brazos.
Miré y, en mi memoria, me soñaron otros deseos.
Viví y me acurrucaron otros olvidos.
Amé y me durmieron otros recuerdos.
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jueves, 28 de enero de 2010

Intimo y susurrado





De regreso y pasear
bajo ramas dormidas
que esperan primavera,
alfombras de salitre marinero
y levante rugiendo al mar.
Y al caer de las últimas luces,
momento casi mágico
de olor a moho y nostalgia,
convertir el aire en sombra,
amante perfecto,
dosis de efímera quimera,
dulce tacto de la sinrazón,
para llevarte a alta mar
y allí rendir tu voluntad
y seducir tu deseo
en un paraíso de espuma,
de gotas de mar sosegado,
de susurros al corazón.
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miércoles, 27 de enero de 2010

Sin garantía de devolución

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No hace mucho leía a alguien que decía sentirse “ajeno a su propia vida”. Nunca adquirí conciencia de que esto pudiera ocurrir hasta hace poco, y lo mas cercano que lo tuve nunca fue en la imagen de ese alma que se retrae del cuerpo, que se deshace de lo mundano y contempla las horas desde la barrera, como cualquier espectador que acude a un estreno y se extraña al ver rostros conocidos, situaciones parecidas, desesperaciones semejantes y monotonías tales, y se contempla incrédulo como protagonista reiterado, pero sin consentimiento, en una película para la que el director no adelantó guión alguno y con unos diálogos que, aunque inexistentes, no le resultan ajenos.
Siempre asumí mi vida como la única que podía, o debía, vivir porque no era más que el resultado de decisiones, elecciones, y devenires de los que nunca fui autentica propietaria porque siempre estuvieron condicionados por personas, sentimientos, compromisos… pero de los que siempre fui la única hacedora.
Errores, necesariamente admitidos por la evidencia. Compañeros de viaje que, aleatoriamente, fueron acaso asignados a asientos contiguos a los nuestros y con los que compartimos camino, sin querer, a consecuencia de un cortés “buenos días”. Responsabilidades que se fueron amontonando por la absurda creencia de que siempre puedes ser capaz de un poco más. Mediaciones, tareas, imposiciones, pactos y empeños propios, suertes y desventuras, y caprichos varios.
¡En cuántas ocasiones desea uno, viendo su vida desde el escaparate, poder cambiar tantas cosas y viéndose atado de pies y manos lo deja pasar! ¿Qué clase de sorprendente conformidad hace posible sobrellevar tedio, rutina, o mentiras, con la misma naturalidad con la que se mira la hora en un reloj? ¿Dónde se encuentra la excusa, dónde el pretexto para continuar?
Pasado el tiempo entiendes aquello que alguien te repetía cuando de niño hacías algo que no estaba bien y te disculpabas con cualquier mal argumento…”obras son amores, pero no buenas razones”. Comprendes que ni obras ni razones serían las mismas hoy, con lo que sabes, pero que tampoco, de haber sido distinto, podrías amar a los que hoy amas.
La vida no cambia, cambiamos nosotros o la vida nos hace cambiar mientras a la vida le damos todo cuanto nos es posible concederle. Cuando la vida deja de exigirte, te das cuenta de que de entre todo lo que conseguiste, lo que realmente necesitas, no lo tienes y comienzas a requerirle la devolución porque el producto es defectuoso.
Y resulta que no tenía garantía...
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martes, 26 de enero de 2010

De duelo y dolor

Pasar de la alegría a la tristeza en un reducido espacio de tiempo, cuestión de unas horas, me deja ahogada en lágrimas. Alguien hermoso y querido se fue, y no poder estar donde debiera me deja entre el alivio y el remordimiento.





Cuerpos que no desean escalofrios
delirio de soledades y tristezas insufribles
que llega sin previo aviso.
Dulce, sensual y suave como la locura
llorar del cuerpo, cantar del alma,
tenue, mezclada de dolor y anhelo,
momento de minutos contados
reposo eterno para sentir lamentos
que desplazan vidas vividas y soñadas
allí donde sólo el amor recuerda.
Mácula que sin dolor abraza
de rostros queridos no desprenderse
desde el cariño del poema aprendido,
hermosa dama o gentil caballero,
la obligación es cruzar el umbral
y no poner rostro a ningún derecho,
inmensas guirnaldas de flores
que recuerdan jóvenes besos,
tiempo que siempre yerra
ingrato ángel de amor dormido,
canciones de cuna calladas,
luz invisible de la muerte,
anunciada y proclamada,
de cielos ya siempre idos.


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Desde Santoña a La Viña


Desde Santurce a Bilbao
se convierte de Santoña a Cadiz
y para mi quisiera
las lagrimas que derramaron
que de Santoña salieron
y con la tacita,
como si suya, se quedaron,
que hay que tener valor,
oyendo lo que se oye,
venir del quinto carajo
y con un par de… (riman con vacaciones)
cantarle a Cádiz con alma
que ya quisieran muchos gaditas,
que ni acentos ni extrañezas,
chirigota por derecho,
aunque ya se llevan su premio
veinte minutos de gloria
que cantar en Cádiz es sueño.
Pero no se puede negar
que aunque no pasen a cuartos
será por falta de sitio
que el sitio es para los mejores,
y mejor si gaditanos,
pero los de Santoña tuvieron
un par de aquellos cantando
a una Cádiz que no es suya,
que el Falla se levantó
y a mi me hicieron decir
que la sal que lo inspiró
es la misma en Santoña
que en Cádiz y su Tacita,

lunes, 25 de enero de 2010

Dormida y dañada


recostada dormía
esperándote
y el tiempo se paraba

la noche llega tibia
y duermo sola
entre la bruma muerta

no dejo que mis sueños
ardan mi vida
vida proporcionada

y mis ojos se cierran
abrazo un sueño
que se antoja asequible

la penumbra acaricia
nubes dormidas
inocencia dañada

jueves, 21 de enero de 2010

Anónimo

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Habré de cortarme el dedo
para no poder señalarte
pero esas paredes blancas
ya no engañan a nadie.
Cubriste tu voz con dulces sones
pero tus ojos nunca fueron capaces
ni siquiera de encararse
no fueran a ser descubiertos.
Perfumaste tus manos
para que al tacto se sintieran
amigas de todo trato
para aquellos que las asieran
Y te vestiste de ricas telas,
exóticas, de brocado
pero entre dobleces escondías
mucho más que tus miserias,
mientras con palabrería,
sutil diccionario de la traición,
y sacrilegio del arte
de ser sincero.
Sepulcro blanqueado eres
ante todo el que a ti acude,
a mi ya me apuñalaste,
aún resisto
y aquí estoy.

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Dedicado

lunes, 18 de enero de 2010

Pequeños Carnavales


Los que amamos el Carnaval, nos pasamos todo el año soñando con ellos y navegando por Internet oyendo y re-oyendo grabaciones por añoranza.
Ya están aquí y tomamos conciencia de que el “mono” tiene cura.
Pero ayer andaba yo buscando Onda Cádiz para poder ver lo que me perdí antes de anoche (cuestión de horarios de trabajo), y me encontré con que emitían unas Clasificatorias de Infantiles.
¡Que gozada! Me he encontrado con una Comparsa Infantil. El tipo… Limpiabotas, Boleros… No he pillado el nombre pero ¡vaya un lujo de niños! No más de doce o trece años cada uno… botas, chaleco, gorrilla y caja de “avíos” … lamentando la desgracia del trabajo obligado de los niños, criticando a la justicia que aun no ha sido capaz de discernir entre el “mal” de un niño y el de un adulto en el caso de Marta del Castillo, llorando por las consecuencias que el alcohol consigue en los jóvenes… y con un potpurrí que anhela poder limpiar el mundo con la misma facilidad con que limpian unos zapatos de charol.
Cuidados, de voces limpias y armoniosos. No sé quien habrá escrito las letras de esta comparsa infantil, pero consiguió que, oídas en voces vírgenes por excelencia, cuando ya ni las cassettes, se me pusieran los vellos de punta como si estuviese escuchando una comparsa de adultos y con algo que echo de menos… la cabeza baja cada vez que terminan y quietud absoluta que siempre significó, para mí, tributo y ofrecimiento total al público que les escucha.
Buena semilla, sean de donde sean ( que tampoco llegué a enterarme), pero es que así da gusto escuchar Carnaval y luego ver como algunas agrupaciones de adultos no les llegan ni al dobladillo, aunque en público aún no les ganen.
Seguro que con ellos el CARNAVAL está garantizado. Chapo.

domingo, 17 de enero de 2010

Inés enamorada

Tu esclava soy, mi señor.
Tanto te ansío que seré
tu prenda, tanto añoro
tu semblante, que lo varío
en aire, por concebirlo.
Corazón apasionado.
por amor enternecido,
que pasión entregaré
al recuerdo, si es preciso,
si no tenéis a bien amarme,
y al letargo reducirlo,
porque un amor dominado,
por el deseo y la pasión,
no es amor compensado
por mas años que anidara,
que no hay amor más ingrato
que el que es en solitario
anhelado y pretendido,
que no hay dolor más desgarrado
que el amor no compartido.
Señor… mi amado señor,
una señal al menos
que aunque sea de desdén
no he de verla, por amor,
que este amor convencido
hará de la esquivez respeto
y de la arrogancia, miramiento.
Mírame, pues, mi señor,
que a tus plantas me he postrado,
que hagas de mi lo que quieras,
que me ames o me olvides,
que mi amor disfrazaré
de amistad y fingiré
nunca haberte conocido
aunque, amando, mi razón
sucumba ante su destino.

sábado, 16 de enero de 2010


No me mires a los ojos,
por caridad, cuando me veas
que no quiero que me descubras,
que no quiero que veas aún la nitidez
de lo que siento… no antes de poder
ver yo la tuya.
No tornes con tus manos mi rostro
o verás la rojez de mis mejillas
ante el miedo de que pudieran
desvelar mis más temidos secretos.
No acaricies mi mejilla o sentiré
que no podría rechazar el resto
de tus caricias.
No me abraces, ni con calidez
ni con lujuria, pues amo ambas
y me podrían impregnar de todo tú
y, embelesada, temería consumir
tu alma hasta confundirla
con la mía.
No busques respuestas que no tengo,
que ni yo misma conozco,
no corras al encuentro de mi silencio
o mis ojos gritaran mi locura
y amaré hasta el aire que respiras.
No pongas tus ojos en mis ojos
o mi boca recordará que desea un beso
y, entonces, mis ojos no podrán fingir,
y mis ojos te diran cuánto te quiero.
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jueves, 14 de enero de 2010

La entrada

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Hoy, posiblemente, podrá ser un buen día. Quizás lo sea, pero a estas horas, esa seguridad, anda colgada de un hilo y lo que escribí anoche era demasiado triste para publicarlo hoy
Lo único que sé es que lo he convertido en el día de mi entrada número cien (que conste que no ha supuesto un reto, pero es que he visto que en otros blogs se hacía eso de celebrar una entrada tal, y parece tradición… aún así me hace ilusión, je je, aunque suene pijo).
No es que todas no hayan sido… ¿propias? Si, propias si. ¿Auténticas? Bueno, eso también. ¿Sentidas? Si, todas… Bueno, lo que hayan sido, lo cierto es que, aunque mi camino por estas tierras ha sido como el de las bolas de un chapulín, siempre ha sido desde el corazón, desde el ensayo a la protesta, desde la Fe a la desesperación y mi terapia, desde la vanidad al puro placer.
He descubierto que hago algo que me gusta, juicios aparte,, respetables todos… que no es que no me gusten la visitas y los comentarios… ( poco honrada sería si dijera que no me importan)… pero es que me gusta escribir y hacerlo hace que me sienta mejor… me gusta soñar y adoro contarlo… me gustan las palabras y es agradable jugar a usarlas… y es un mundo que se me muestra, casi, por primera vez. Vamos, que voy de estreno, que, a estas alturas, ya es mucho más de lo que esperaba.
Dicen que para que un ser humano pudiera sentirse completo deberá… plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Planté un pino, parí un hijo al que idolatro y escribí, no un libro, pero me vale. El resto… seguiré buscándolo.
Felicitarme… no os preocupéis, ya me felicito yo por haber llegado hasta aquí.
Gracias por hacerme feliz, a todos.
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miércoles, 13 de enero de 2010

Aquelarre


Cae la noche y van surgiendo
de sus escondrijos,
despojadas de disfraces,
como sanguijuelas ávidas,
de sombra en sombra veladas,
cada una su propio hechizo.

Serpenteando, calladas y sigilosas,
viajan invisibles entre las brumas
confundidas con la oscuridad,
hasta llegar al claro
donde hierve el puchero.

Rayo de luna
¡ al caldero!
Semilla de mostaza
¡al fuego!
Corazón de sapo
¡hágase el entuerto!

Parecieran salidas
del mismo infierno,
se encienden en cuchilladas
que se clavan en la noche,
mentes pequeñas
grandes maldades
ningún humano
conoce el secreto,
sólo sus risas
rompen el silencio.

Razones maquiavélicas,
espaldas encorvadas,
la noche su hazaña aligera,
las brujas trabajan.

Huele a muerto.
Alguien morirá, mientras ellas
danzan junto al caldero.

Hoy es noche de aquelarre,
y el diablo esta contento.
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lunes, 11 de enero de 2010

Fantasias en mi menor


Hoy me recordaste un liviano sueño de amor con la suavidad con que unos dedos ágiles acarician las teclas de un piano.
Me alzaste hasta las cumbres nevadas de la vejez y me regalaste un alma joven que recordaba lo que no había vivido.
De puntillas entré en tu vida y de puntillas salí para que no notaras que había estado allí, y el alma se me sale por la boca porque en el pecho ya no encuentra ese rincón en el que sentirse en casa.
Un nudo en el estómago me recuerda que sólo fui a dar un paseo por tus manos y que fueron tus huellas lo que me traje en el viaje de vuelta como único equipaje… más de lo que llevé en la ida.
Fuiste todo lo que imaginé… y más.
Deslizarme en trineo por las laderas, subir y bajar mesetas con alas de mariposa, nadar río arriba contra toda corriente, salvando distancias y tiempos, cuando las palabras no hicieron falta.
Mañana no buscarás mi esencia entre tus manos, ni verás mi mirada en ninguna otra mirada, ni ansiarás los besos que no te di, ni añorarás mi piel junto a la tuya porque no se conocieron.
Mi única constancia fue tan leve como una onda en la superficie calmada del agua, como las gotas que se pierden de un manantial, como sonidos perdidos al raso del desierto.

Tu recuerdo, imborrable.
Tu, creerás que soñaste.
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sábado, 9 de enero de 2010

Tu nombre




La noche me dijo tu nombre
y lo escuchó la luna.
La luna se lo contó al aire
y lo sintió el mirlo.
El mirlo se acercó a beber
y el arroyo se bebió su aliento.
El arroyo lo llevó hasta el mar
y la tempestad lo escondió
bajo una caracola
que dormitaba entre los corales.
Y cuando me acerco a la orilla
las olas me traen
ecos de ti.

jueves, 7 de enero de 2010

Tu duermes... yo te despierto


Llegó hasta mi como suave brisa
y me despertó,
como un susurro,
acariciando mi sueño.
Ávido de juego,
y al no conseguirlo
en el primer intento,
se enredó en mi pelo
jugando a perderse
en mi cielo.
Entreabrí los ojos
escondiéndome de su llamada,
le observé en silencio,
cómo amaba mi almohada,
cómo mis hombros y mi pecho,
recorriendo suave mi espalda,
cómo se perdió en mi seno.
Di la vuelta
y lo miré,
y, por un instante,
se cruzaron nuestras miradas,
se tocaron nuestros dedos.
Qué dulce juego
el de “tu duermes,
yo te despierto”.
El primer rayo de sol
y el final de mi sueño.

martes, 5 de enero de 2010

la eterna espera


Encendí una vela y la coloqué en el alfeizar.
Me dijiste que sería tu guía
y que por ella
sabrías dónde me encontraba
y me buscarías.
Abrí mi ventana dejando entrar
el fuerte viento hasta mis sábanas
para que te parecieran nuevas,
como la primera vez,
blancas de algodón virgen,
tersas como la piel
de la joven que conociste,
perfumadas como azahares
que te recuerden amor.
Tejí palabras y suspiros,
ensayé ante el espejo sonrisas,
y guardé mis miedos en un cajón,
aticé el fuego del hogar
y rocié de esencias mi estancia.
Abrí un libro y leí,
sentí la salina y soñé,
soñé y viví amaneceres contigo
y anocheceres junto a ti..
En la vieja mecedora me quedé dormida
oyendo el crujir de sus maderas,
la lectura en mi regazo,
y la luz del sol de nuevo día
llamó a mi puerta con dulzura
y me dejó a la sombra de los latidos de mi corazón.
Una luz en el alfeizar,
cada noche renovada,
será donde las olas vendrán
a romper mi espera enamorada.

lunes, 4 de enero de 2010

Olvidando


















Si tuve momentos de infelicidad y nada te dije, no fue por el mero hecho de ocultártelo sino por miedo a hacer daño a la persona que lo era todo para mí.
A medida que esos momentos se iban acumulando se anotaban automáticamente en una libreta escondida en el último rincón de mi memoria y, al mismo tiempo, conforme pasaba el tiempo, y sus hojas se ponían a rebosar, un tipex mágico las eliminaba para dejar sitio a las que llegaban y quedaban por llegar.
Pero un día, sin saber por qué, el borrador dejó de funcionar y esa libreta empezó a llenarse y llenarse, amontonando una infelicidad tras otra, entrelazando renglones, mezclándolos como coctail venenoso con mucho hielo. El toque de granadina terminó siendo sólo eso, un color que sueña con enmascarar el amargo sabor de la verdad.
Hoy, no es que no existan momentos de felicidad, o que solamente viva de la tristeza a la decepción, es que cada día me encuentro más lejos de saber apreciarlos… o de querer hacerlo.
Y lo que más me asusta es la posibilidad de vivir una vida infeliz, viendo cada vez más lejanos los días en los que nada parecía imposible de conseguir, y acostumbrarme a ella.
Me veo convertida en una ola gigantesca que, aún necesitando beber de la orilla para crecer, después se despliega por la tierra que le sirvió de alimento para destruirla. Y me veo siendo capaz de saltar sobre lo que nos ha unido para adquirir el valor suficiente y odiarte, borrarte de mi recuerdo y borrarme del tuyo.
Para que nuestras huellas no se conviertan en pesadillas difíciles de olvidar, pongo punto y final a esta historia. Recogeré lo bueno que quedó del camino recorrido y, en el próximo cruce, me iré.



Te amé




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domingo, 3 de enero de 2010

Robando besos



Algún día te robaré un beso
y sabré a qué sabe.
Y te robaré una mirada
aunque no me mires,
porque siendo furtivo
será la esperanza
de un amor deseado
y no correspondido.

Te robaré un recuerdo
y sabré qué sueñas.
Y respiraré tu aliento
y haré con él mi abrigo
que me arrullará en las noches
de insomnio y frío
y mis lágrimas serán tributo
de mis deseos.

Tu piel, tus susurros,
serás en mi vida
más que un instante,
robaré un día, una noche,
seré tuya un momento,
serás mío en sueños
y seré feliz una vez,
lo haré eterno.

Será el sello de mi silencio,
que me hablará de realidad
porque no te tengo.

sábado, 2 de enero de 2010

Jugando con refranes



Sana, sana, culito de rana
rana parezco con tanta agua.
Que llueva que llueva,
la Virgen de la cueva,
los pajaritos cantan
y me despiertan.

Cielo aborregado, suelo mojado
Cielo rojizo, agua a porrazos
y tenemos el agua
al cuello llegando
que complejo de rana
nos está dejando.

Cuando canta el milano
agua en la mano,
cuando chilla el mochuelo
se moja el suelo,
que no es miedo a la helada
sólo es recelo.

Cuando en diciembre mucho llueve,
buen año es el que viene,
que nunca llueve
si Dios no quiere.
Pero que no llueva tanto
que me estoy ahogando.

Si llueve y ves el sol,
puedes ver al caracol,
y arco iris al amanecer,
sonríe contento
que no volverá a llover
al menos por el momento.

Pero que llueva, que llueva
que las lluvias de enero
traen año de dinero,
que no es mala la esperanza
que la esperanza es alimento
que ni engorda y ni te harta.
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viernes, 1 de enero de 2010

“Esperanzas de un nuevo Día”.

Escuchando el Concierto de Año Nuevo, entre Polkas, Mazurcas y Galopes, paseando por la red, y coincidiendo con mi muy querido "Danubio azul", encontré este poema. Sin entrar en si es bueno o no, de criterios no hay nada escrito, a mi me gustó. Del acompañamiento musical nada que decir porque lo adoro... me ensancha el alma y me hace soñar.


Siempre hay que tener esperanzas aunque
hay tormentas de emociones en la vida.
No se debe perder las esperanzas, aunque la vida es cruel.
Siempre hay esperanzas en que mañana será un mejor día.

Esperanzas de que mañana toda va a ir mejor.
Tratar de olvidar los problemas creados ese día.
Hay que respirar hondo y ver un bello tardecer,
pensando que mañana hay mejores esperanzas todavía.

Pensar positivo y no pensar en lo malo de la vida.
Hay que perdonar, para ser perdonado.
Hay que perdonar a todos los que crearon esa tormenta
de emociones en tu vida.

Hay que pensar que mañana voy a ver una bella amanecer.
Voy a ver el milagro de una flor nacer,
oír la música del canto de las aves por la mañana.
Voy a sentir la caricia de una brisa en mi piel por la mañana,
y quizás, voy a ver un lagartijo cortejar una hembra en un jardín,
que trae un recuerdo placentero de la curiosidad de la infancia.

Siempre hay que tener esperanzas de felicidad en el amor.
aunque hubo muchos rechazos y dolores de amores en tu vida.
Tener fe en el amor, aunque el amor y la felicidad
no se ve por ningún lado en la distancia.

Nunca pierdas la esperanza ni la fe, aunque la vida te ha sido cruel,
solamente el perdedor pierde la esperanza y la fe y se da por vencido.
Para no ser un perdedor, hay que tener esperanza y fe en esta vida.



Eddie Ferrer