viernes, 16 de noviembre de 2018

Siempre nos quedará París



El amor es una enfermedad del corazón.
Mi  amor es mi única enfermedad
y es mi corazón el que  muere.
Mi  libertad un engaño y mi soledad mi refugio.
Amor con fecha de caducidad
y no, no me voy con el corazón lleno.
Mis noches se desvelan de soñar contigo
por la falta de todo camino
y sólo di buenas razones para ser amada.
Merece mi amor todo ese sufrimiento,
matarlo por quien no me ama
y que se alimenta de alguien más que de mí?
Mantengo mis recuerdos
y no borraré ni una coma,
cada experiencia grabada a fuego
 será evocada en el recuerdo.
Nadie me enseñó a renunciar
a mis suicidios emocionales,
el amor es noble y único.
Viví el tiempo en que me amaste
y te amé incluso antes de verte
por primera vez.
La última con la que quise
hablar antes de dormir.
No hay amor para mí
en el que no dijera “ojalá seas tú”.
No hay botón de reinicio ni salida de emergencia
cuando amas a quien no te merece.
No te preocupes por amarme,
me mandas a la muerte con un beso.
Como decía Bogart, siempre nos quedará París.

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