El día en que Dios hizo el reparto de las Virtudes yo debía estar dando vueltas por ahí y pensando en mis cosas porque pillé solamente las "escurriuras", y cuando descubro alguna de aquellas en alguien no puede, por menos, que producirme admiración y envidia.
La dedicación y el amor por los demás deberían ser incluidas entre esas Virtudes que nos enseñaron con el Catecismo. El desprendimienton y el interés, también y ya no serían sólo siete.
Mi hermana ha decidido que se quiere ir a Camerun. Si me lo hubieran dicho de otra persona lo consideraría algo admirable, algo que yo no podría hacer (ya me gustaría), pero esta vez no se si puede más mi admiración o mi egoismo... esta vez se trata de mi hermana que se quiere ir al fin del mundo, a un pueblo perdido en medio de Africa, rodeada de mosquitos y demás "bichos" que Dios tuvo a bien dejar por allí, de enfermedades, quizás en situaciones precarias.... a saber lo que se puede encontrar por aquellos lares.
Hoy no puedo alegrarme porque no quiero que lo haga, creo que es una locura.
Pero eso es lo que ella quiere, dice que es lo que siempre ha soñado y todos tenemos derecho a que nuestros sueños se vean cumplidos.
Tendré que alegrarme por ella aunque me cueste. Tardaré. Pero mientras tanto resulta que he de pedir a Dios que la ayude a conseguirlo... ¡ manda huevos ! (con perdón ). Y lo haré... pero, que conste, que será con la boca pequeña, casi cerrada, y muy bajito no vaya a ser que me oiga.