miércoles, 11 de noviembre de 2020

MI CADENA

 

Si alguna vez eres capaz

de mirar más allá de mis ojos

podrás ver cuánto amor

que, por amor, no te pude dar

y cuánto amor aún me quedó,

por amor, sin ofrecerte.

Aún me siento incapaz de mirar

y bajo la mirada por miedo

a ver en la luz de los tuyos

lo que ya no queda para mí.

Si una sola palabra pudo borrar

de un trazo el resto de mi vida

debería también bastar

para poner punto y final,

tener que olvidar es mi sino,

y tu eres el eslabón

que terminó por romper

la cadena de mi historia.

viernes, 22 de mayo de 2020

¿Enseñar o educar?

Mi Padre me decía qué debía hacer. Mi madre me decía cómo debía ser. Mis profesores intentaron siempre, salvo las benditas excepciones de los maestros, inculcarme el cómo debía comportarme, lo que debía saber o cómo debía pensar. Las benditas excepciones me enseñaron que era persona y "debía" hacer, pensar y decidir por mí misma aunque he de reconoer que me ha costado casi toda una vida, y muchos golpes, ser capaz de ello.
Tengo una hermana. Es preciosa. Es funcionaria, profesora en un Instituto. Hoy ha venido con una pena. Tiene una alumna a la que aprobó a duras penas el primer trimestre y no demasiado bien el segundo. En el tercero no ha presentado ningún trabajo online pero que ahora angustiada pregunta qué ha de hacer para aprobar el curso. Mi hermana ha consultado sabiamente a otros de sus profesores y todos andan en la misma tesitura. Elegantemente han determinado aprobarla a pesar de todos los contras porque no tienen ganas de follones y, total, ¡para lo que va a servir!. Ya habló de "facilidades para aprobar" la Ministra de Educación.
Miedo me da. 
¿Pensar? A veces es preferible no hacerlo. En ocasiones como esta más. Si pienso que otros muchos profesores (que ni educadores ni maestros), tomarán la misma actitud, me corre un escalofrio al suponer a todos estos "estudiantes", considerados no preparados pero "dignos" de ser aprobados, tomando las riendas del futuro.
Mi hermana dice que ella es profesora, no educadora. Ella es docente y enseña conceptos, pero mientras les recrimina la asistencia a clase con bermudas y chanclas, o escote, no se siente en la obligación de instruirles en el arte de ser personas pensantes, honradas y consecuentes, porque eso es cosa de los padres. Y si los padres no lo hacen? Pues nada... pongamos el mundo en manos de personas que ni son capaces de sumar dos y dos ni lo son de discenir, que sería un triunfo, o de siquiera considerar qué sería conveniente, adecuado o correcto, en el caso de que supieran que la situación lo requiere.
Hoy sólo deseo que el único dilema al que se tengan que enfrentar estos jóvenes en la vida sea "carne o pescado" porque de lo contrario, como decidan ser médicos o ingenieros... me temo que será lo peor.


miércoles, 13 de mayo de 2020

Mi querida Laura

No deja de ser reconfortante encontrar quien escriba así, de este modo, siendo capaz de expresar tanto en cuatro palabras, o en cinco, o en cien. 
Querida Laura, gracias.

Quiero que te quiero

Quiero querer queriendo y que me sigan queriendo querer.
Que el que no me quieran como yo quiero que me quieran,
no significa que me odien,
significa que no me quieren bien…
o no tan bien como yo quisiera...

Quiero que me quieran como yo quiero que me quieran...
quiero quererte como tu quieres que te quiera.
Aunque no me dejas.
Y así,
no vamos bien…
o no tan bien como yo quisiera…

Yo no soy capaz de quererte de menos
(no lo intento)
tú no eres capaz de quererme de más
(ni lo intentas)
y así,
no vamos bien...
o no tan bien como las dos quisiéramos.


http://mipasacalles.blogspot.com/

sábado, 2 de mayo de 2020

En serio? Cincuenta y uno?

¿Cincuenta y un día ya? Parece mentira pero dejé de contar los días de confinamiento desde que se prorrogó por primera vez el dichoso Estado de Alarma. Me dió tanta rabia...
Si hubiesen sido vacaciones tampoco hubiera ido a ningún sitio, no estan las cosas como para eso. Limpieza, descanso, lectura, descando, algún paseito, descanso, escribir, descansar... qué le voy a hacer, soy casera. No hubiera echado en falta ni un viaje, ni el trasnocheo, ni poderme sentar horas y horas delante del televisor. Ni siquiera poder dormir hasta mediodía, que una es madrugadora por defecto y mi despertador mecánico casi nunca suena porque el biológico le toma la delantera y para éste las siete de la mañana son casi sagradas también durante el asueto. No por nada sino porque no soporto volver al trabajo y sentir la pereza de tener que levantarme a las cinco y media. 
Con esto y pensando que la cosa no iría mucho más allá de quice días me dije que un descansito no vendría mal. Pero cincuenta y uno ya es demasiado descanso para cualquiera. Ya quedó atrás lo de vaciar armarios y rponer orden en los cajones, dejar como los chorros del oro los cristales y las tapas de los armarios o recomponer ese grifo que parece que pierde una gotita casi desde que lo pusieron. Y todo durante la primera semana porque para la segunda quedó lo de no hacer más que lo justo y descansar. Pero ya resulta hasta cansino ese monótono paseito cada cuatro o cinco días para comprar en la tienda que hay junto al portal. 
Lo peor de todo es que ahora pensando que pronto volveré al trabajo, porque mis jefes ya se estan preparando para abrir el restaurante, se me coje un pellizco en la boca del estómago y me doy cuenta de que es porque no se me apetece en absoluto. Nada de nada.
Es terrible. ¿El confinamiento me ha vuelto perezosa? Pues el "quizás" me da aún más miedo que volver al trabajo.



domingo, 26 de abril de 2020

No quiero sentirme tuya


Empecé escribiendo "no quiero sentirme tuya" en un día de defensas bajas, más por desahogar que por reflexión, y buscando sinónimos encontré, por casualidad, este anónimo que resultó ser más un sinónimo. Cuando encuentro que alguien me expresó casi con exactitud matemática dejo de escribir.

"No quiero más noches de incertidumbre, ni la poca paz que me provoca el tenerte lejos de vez en cuando. Quiero alguien en quien pueda confiar y que confíe en mí y en lo que soy.
 Quiero ser mía y menos tuya, no quiero ser tu recompensa inmerecida, no quiero ser la sonrisa cálida que necesitas en un mal día porque no te la mereces. Quiero un amor completo y un amor que me permita ser mía y compartirme de rato en rato.
Quiero ser más mía que tuya para liberarme de tu carga emocional, de tus inseguridades y tu oscuridad eterna, de todo lo que te aflige que sólo se ha convertido en mis demonios.
Quiero poder amar a la clara, sin tabúes, sin miedos y que me amen igual, pertenecer a alguien que sepa que me pertenezco pero aun así sea capaz de compartirse conmigo, que sepa que a kilómetros de distancia sigo siendo tan suya como a centímetros de su boca.
Quiero ser más mía para poder dar besos más apasionados, para poder enseñar al mundo que me rodea que no estoy desgastada y desvanecida. Quiero ser más mía y no sólo quiero ser menos tuya, quiero ser completamente mía y no quiero ser nada tuya. Pertenecerme y vivir por mí, por mis miedos y por mis inseguridades, quiero hacerle frente a mi vida y no cargar con tus males a diario.
Quiero ser más mía para sacrificar menos lo que soy, para darle la oportunidad a alguien que esté completamente loco por mí y loco porque tiene un pedacito de mí a momentos, quiero ser menos tuya.
Mentira… no quiero ser nada tuya, para poder compartir un poco de mi cama repleta de sueños con alguien que no tenga miedo a cumplirlos conmigo, quiero ser tan mía que me ahogue en mi libertad. 
Quiero ser más mía y quiero dejar de ser tuya. Te he amado con locura, me he apagado por ti, dediqué mi existencia a cumplir tus exigencias, a remediar lo que ya no te gustaba. Qué ironía, esas cosas que te encantaban al inicio. Quiero ser completamente mía y no quiero volver a ser tuya, jamás".

viernes, 17 de abril de 2020

VIRUS

Acabo de leer que la señora Merkel ha dicho que si su País sigue como va alcanzarán la saturación en su sistema de Sanidad para Julio y se me ha venido a la cabeza, como un flash, que seguro que hay algunos que habrán pensado eso de "que se jodan... que hace nada les parecia que estaban por encima del problema con el virus de las narices". Por qué lo creo? porque ya le he oido, bueno... leido... a alguno que otro semejante expresión cuando empezaron a subir las cifras en EEUU después de que el señor Trumptocapelotas se vanagloriara durante mucho tiempo de su "supuesta" inmunidad burlandose de aquellos a los que los contagios azotaban llenando sus hospitales de afectados y sus tanatorios de fallecidos, como por ejemplo de nuestro País.
Que a qué viene esto? Pues a que lo que se me vino a la cabeza es lo de "Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, echa las tuyas a remojar", que de eso no nos hemos librado ninguno, que también deberíamos habernos aplicado el parche aquí, y que también fuimos origen de parecida vanagloria cuando sólo nos llegaban las malas noticias acerca de "un virus que se cobraba muertos en China". Y es que eso nos quedaba muy lejos. Supongo que señor Trumptocapelotas estaría pensando de la misma forma acerca de nosotros, de Europa... al fin y al cabo nos separa un océano...  y ahora se las ve como se las ve: igual que nosotros. Y nosotros igual que los chinos.
Al final la realidad supera como siempre a la ficción y todas esas hipotéticas y lejanas pandemias que vimos con horror en el cine, que en cuestión de días se controlaban porque, como por arte de mágia o a partir de una casualidad, una mente prodigiosa encontraba la vacuna y el mundo se salvaba...  eran sólo eso, ficción. 
La única verdad hoy es que no hay pueblos, provincias, naciones ni continentes. Hay un mundo, un planeta y al no haber evidencias tangibles y probadas de que fuera de éste haya algunos alguienes más,  la realidad es que en este mundo todos, absolutamente todos, estamos jodidos por culpa de un bichito, algo que está vivo, microscópico, que por no tener no tiene ni una sola célula.
No somos tan superiores.

viernes, 28 de febrero de 2020

Ya... ni te veo

Hoy mi única lucha es
que tu felicidad no sea la mía...
porque no es solución para mi.
Ya ni es felicidad,
ni es vida,
ni es consuelo...
porque ya con mis migajas no me apaño,
porque una sonrisa no me da aliento,
porque tener más de ti ya es exceso,
ya no quiero seguir "muriendo porque no muero".


Dice un chiste de hace muchos años que había una pareja que por no tener dinero no llegaban ni a  casarse ni a vivir juntos. Un día uno dijo al otro... "amor mio, hagámoslo aunque no tengamos dinero ni para comer, que yo viéndote comer a ti ya seré feliz". Se casaron y fueron muy felices durante mucho tiempo, hasta que un día ... "-ya no puedo más amor mío... tengo hambre, mucha hambre". "-Pues tu no decías que con verme comer a mi ya era como si comieras tú?". "-Si mi amor, pero es que ya, ya ni te veo".

domingo, 23 de febrero de 2020

¿Quién dijo miedo?

¿Miedo? ¿Quién dijo miedo?
Tengo miedo... miedos, muchos miedos... y durante toda mi vida parece que me han llevado en ocasiones a situaciones que ni buscaba ni deseaba. Me enfrento por fin a eso. Alguien está haciendo  que me enfrente a eso.
Pero sí, mis miedos son mios y voy a vivir con ellos, y tendré que aprender a entenderlos porque hay muchas cosas de las que no me arrepiento a pesar de todo el mal que conllevaron... seguiré creyendo en lo que creo, diciendo lo que pienso, haciendo lo que quiero, amando a quien amo y comiéndome por dentro porque hay cosas que ni puedo ni quiero cambiar.
Soy como soy y... o me acepto o me acepto... me acostumbro o me acostumbro... me entiendo o me entiendo... siento o siento... amo o amo... vivo o vivo... no hay otra.
Como dijo aquel "en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad" con quien más he de vivir es conmigo y no me queda más remedio que llevarme bien conmigo misma.
Para atrás ni para coger impulso. 
¿Quién dijo miedo? Que venga y me lo cuente que aquí estoy yo con un par...