Sólo porque pudieran ser aun mas publicas mis excusas, sirva esta entrada para disculpar mi tardanza en contestarles, a todos, en el último post.
Como dirían algunos de los que conozco “parece que me ha mirado un tuerto”, con todo mis respetos para ellos. Salgo de un mes prácticamente inmovilizada y me meto en una bronquitis, esta vez sin baja laboral, y es que no me pareció de recibo, aunque si que la habría agradecido ya que parece que la intimidad que estoy cultivando con la manta eléctrica mosquearía al mas paciente amante.
Y quizás sea esa “intimidad”, que da mucho tiempo para pensar, la que me llevo a pensar sobre la confianza, porque es algo tan frágil que se puede desmoronar al mas mínimo esfuerzo aunque construirla sea la obra de toda una vida. Y lo peor es que, sea la nuestra o la de otros, sucede y no es voluntario.
Que alguien pierda la confianza que tuvo depositada en mi puede estar justificada incluso por un malentendido, puedo habérmelo ganado yo por una acción equivocada, o puede ser fruto de su desinterés por mi o de su interés por otros. Puede que me lo merezca y lo acepto por muy ingrato que pudiera parecerme.
Que yo pierda la confianza en alguien puede estar sujeto a los mismos razonamientos, seria lógico, pero me duele mas por la decepción que supone. Y a eso me cuesta reponerme.
Decirles que sigo escribiendo, pero no puedo publicarlo. Ando metida en Carnavales este año y ya se que se han montado dos de los pasodobles que escribí. Me dice el director de la Comparsa que eso es como “comer pipas”… solo hay que empezar para no verle el fin. Y tiene razón. Escribo y escribo aunque al final me parezca una “caca”, vaya a la papelera y vuelta a empezar. Pero me quita tiempo para otras cosas. Y hasta Carnaval deben ser inéditos aunque la fiesta sea en una localidad pequeñita y las tablas no vayan a ser las del Falla.
Aparte de eso unos carteles para Navidad, organizar menús navideños para el trabajo (que lo de conseguir buenos menús, diferentes, sugestivos, que no sean caros y que dejen beneficios para los jefes no es fácil), fabricar las cartas con el dichoso photoshop que es un lio, un par de certámenes de poesía, el montaje de un libro para regalar y trabajar y curarme esta bronquitis entre tirón y tirón de espalda… es lo que me ocupa casi al completo.
Andaré por sus blogs, y por aquí me verán, aunque algo menos.
Gracias a todos por vuestras visitas, comentarios y compañía. No saben lo que les quiero.
Como dirían algunos de los que conozco “parece que me ha mirado un tuerto”, con todo mis respetos para ellos. Salgo de un mes prácticamente inmovilizada y me meto en una bronquitis, esta vez sin baja laboral, y es que no me pareció de recibo, aunque si que la habría agradecido ya que parece que la intimidad que estoy cultivando con la manta eléctrica mosquearía al mas paciente amante.
Y quizás sea esa “intimidad”, que da mucho tiempo para pensar, la que me llevo a pensar sobre la confianza, porque es algo tan frágil que se puede desmoronar al mas mínimo esfuerzo aunque construirla sea la obra de toda una vida. Y lo peor es que, sea la nuestra o la de otros, sucede y no es voluntario.
Que alguien pierda la confianza que tuvo depositada en mi puede estar justificada incluso por un malentendido, puedo habérmelo ganado yo por una acción equivocada, o puede ser fruto de su desinterés por mi o de su interés por otros. Puede que me lo merezca y lo acepto por muy ingrato que pudiera parecerme.
Que yo pierda la confianza en alguien puede estar sujeto a los mismos razonamientos, seria lógico, pero me duele mas por la decepción que supone. Y a eso me cuesta reponerme.
Decirles que sigo escribiendo, pero no puedo publicarlo. Ando metida en Carnavales este año y ya se que se han montado dos de los pasodobles que escribí. Me dice el director de la Comparsa que eso es como “comer pipas”… solo hay que empezar para no verle el fin. Y tiene razón. Escribo y escribo aunque al final me parezca una “caca”, vaya a la papelera y vuelta a empezar. Pero me quita tiempo para otras cosas. Y hasta Carnaval deben ser inéditos aunque la fiesta sea en una localidad pequeñita y las tablas no vayan a ser las del Falla.
Aparte de eso unos carteles para Navidad, organizar menús navideños para el trabajo (que lo de conseguir buenos menús, diferentes, sugestivos, que no sean caros y que dejen beneficios para los jefes no es fácil), fabricar las cartas con el dichoso photoshop que es un lio, un par de certámenes de poesía, el montaje de un libro para regalar y trabajar y curarme esta bronquitis entre tirón y tirón de espalda… es lo que me ocupa casi al completo.
Andaré por sus blogs, y por aquí me verán, aunque algo menos.
Gracias a todos por vuestras visitas, comentarios y compañía. No saben lo que les quiero.
.