lunes, 1 de septiembre de 2008

En mi trabajo... de nuevo.

Tengo nuevo trabajo. Desde el trece de Junio, y pensé que podría ser definitivo. Buena gente, buen ambiente, un contrato de ocho oras ( aunque de trabajo real sean once) y un sueldo sujeto a nómina ( aunque, como en todos lados, las horas de más se pagan baratas, 200 € más por todo el mes a once horas diarias y un día libre ).
Con el tiempo te vas encontrando con otras cosillas… que no sólo haces de cocinera, que es por lo que te pagan y para lo que te contrataron, sino que no hay ayudante que valga, por lo que eres tu propio ayudante de cocina … que ni los camareros vacían los platos a la vuelta de las mesas y tienes que hacerlo tu si no quieres que se amontone la basura en el fregadero, lo que te lleva a actuar, también de friega platos, porque llega el momento en que no tienes ni platos para servir la comida…
Vamos… que te tienen que crecer los brazos como a los pulpos si quieres cocinar, limpiar pescado, freirlo, estar en la plancha y haciendo paellas y ensaladas. Y, como broche de oro, a la una de la mañana, cuando la jornada termina… limpia la cocina (incluidas hornilla y plancha) para que a la mañana siguiente sólo tengas que cambiar la freidora. Estas y algunas otras a las que vas haciendo la vista gorda porque lo que quieres es trabajar y no cobrar el paro.
No te quejas del sueldo, ni de las horas ni del trabajo, y para poder empezar la jornada te desayunas dos espidifen porque si no, no puedes. Entra a las once, sal a las cinco (como muy pronto), vuelve a las ocho y termina, en ocasiones, a las dos de la mañana. Pero no te quejes porque te pueden decir aquello de “ si no te interesa, vete”.
Y para una vez que pido algo… me dicen que no.
Llevo años, desde el primero, acompañando a mi Hermandad del Rocío a su Misa Anual en la Aldea y desde antes yendo al Rocío en romería. Esto lo dije al empezar el trabajo porque me parecía lo más honrado, y no pensaba faltar a mi cita con Ella, y me dijeron que no habría problema… que lo entendían.
Este año es el 21 de Septiembre la Misa Anual, y a casi un mes vista he preguntado qué posibilidades habría de poder irme… y me han dicho que no. Y no sólo han faltado a su palabra, sino que la excusa no ha sido la gran cantidad de trabajo que hay, sino que al fin de semana siguiente se casa su hija y van a cerrar tres días.
Después de tanto tiempo no iré en Septiembre al Rocío por culpa de una boda que no es ni la mía.