La noche me dijo tu nombre
y lo escuchó la luna.
La luna se lo contó al aire
y lo sintió el mirlo.
El mirlo se acercó a beber
y el arroyo se bebió su aliento.
El arroyo lo llevó hasta el mar
y la tempestad lo escondió
bajo una caracola
que dormitaba entre los corales.
Y cuando me acerco a la orilla
las olas me traen
ecos de ti.
y lo escuchó la luna.
La luna se lo contó al aire
y lo sintió el mirlo.
El mirlo se acercó a beber
y el arroyo se bebió su aliento.
El arroyo lo llevó hasta el mar
y la tempestad lo escondió
bajo una caracola
que dormitaba entre los corales.
Y cuando me acerco a la orilla
las olas me traen
ecos de ti.
8 comentarios:
El mar es un delirio y dice muchas cosas si se le sabe escuchar. Bonito sentimiento.
Un beso.
Ay, las olas, esas puñeteras. Acabo prácticamente de llegar de la orilla del mar, de dar un paseo matutino. Con las nubes y las gotas de lluvia, no he podido resistir acercarme a la orilla a mojarme los pies, a escuchar de cerca el rumor de las olas. Cuántos recuerdos traen siempre, ¿verdad?
Un beso, Maile.
Si CAMPOAZUL, es cierto, el mar tiene un alma grande que acoje todo aquello que los que le aman le cuentan... guarda secretos...
Yo sé que, algún día, me regalará "un mensaje metido en una botella" y será sólo para mi.
Mi señor Octavio, me gustan las olas que traen rumores nuevos más que la que traen recuerdos, porque esos ya los guardo yo.
Como los surfistas, alguna vez pensé que esta o aquella ola eran la mía y sólo me dieron un revolcón.
Vivo esperando "mi ola"... algunas dicen "ven"... pero no son para mi.
Esperaré en la bocana del puerto.
Me quedo con el beso, que ya sabe usted dónde dormirá.
¿Seguro que sabes cómo me llamo?.
Cuando la gente dice una cosa, y pasa de boca en boca, como mínimo ocho veces, al final resulta una cosa totalmente distinta.
Veámos un caso cambiando una sola letra cada vez.
Mi nombre es PEDRO. Si cambiamos una letra por cada persona resultaría lo siguiente:
PEDRO, PERRO, PORRO, CORRO, CORTO, CORTA, TORTA, TARTA, Y MARTA.
Y entonces pensarías que me llamo MARTA, jajaja.
Saludos.
Señor PEDRO... dá igual cuál sea el nombre... si quieres a partir de hora te llamo Marta... los ecos serán los mismos, y los tuyos siempre me hacen sonreir.
Gracias cielo.
Vuela el nombre y, sin embargo, siempre queda cerca, en los recuerdos, en sus ecos, en el eco de los recuerdos. Siempre igual, casi imposible olvidar un nombre.
Bellísimo poema.
Besos.
Imposible es olvidar las huellas que ese nombre deja.
Un beso JUANMA.
Sí, así es. Supongo que por eso me guardé con ese "casi".
Besos.
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