domingo, 16 de marzo de 2008

PUNTA PARRILLA - ESTEPONA

La empresa para la que trabajaba hasta el año pasado cerró el 31 de Diciembre. Todo correcto hasta ahí salvo los motivos que la llevaron al cierre y, por consecuencia, a mi al paro. Pero hice borrón y cuenta nueva y, antes de solicitar el desempleo, intenté conseguir otra forma de sobrevivir. Vamos... otro trabajo.
Parece que esto no fue demasiado dificil, porque el 9 de enero comencé a trabajar de nuevo. Esto debió, en su momento, hacerme sospechar porque ya terminadas las navidades, cuando el paro aumenta y las ofertas de trabajo estan tan mal, no era normal que yo lo encontrara tan fácil. Pero siempre he pensado que el trabajo es para quien lo busca, y yo había hecho los deberes.
En "Punta Parrilla", restaurante a pie de playa, en pleno Paseo Marítimo de Estepona, cerca de casa y en un ambiente "relajado"... ¿qué más podía pedir?.
Accedí a firmar un contrato de media jornada porque entendí que en Enero y tal y como van las cosas... bueno... que firmé con tal de no cobrar el desempleo. Las condiciones eran de una jornada de ocho o nueve horas, un sueldo de 900 € y al renovar contrato el 30 de Abril, negociarlo con posibilida de aumento de sueldo.
Pues bien, no me ha dado tiempo de nada. Me han despedido. Y lo peor es que lo que me cabrea no es el despido en sí, sino los motivos.
Quince días antes mi padre había sido operado de corazón. Como no quise ser una traba en el trabajo no solicité los días de permiso que, por ley, me correspondían, y despues de pedir que me adelantaran la hora de entrada a las ocho de la mañana, en lugar de las diez, dejaba el trabajo a las cuatro y media, tomaba un autobús a las cinco menos cuarto para Málaga y estar en el Hospital, y volver en el de las nueve y media para poder trabajar al día siguiente y repetirlo todo otra vez. Y así durante todo el tiempo que mi padre estuvo en la UCI.
Para el día 9 fuí convocada por el Estado para presidir una mesa electoral. En el trabajo no supuso un motivo de alegría pero había que aguantarse.
Yo no había librado esa semana y, por mucho trabajo y una bronquitis, no había podido ir al hospital. Mi jefe nada había dicho del día libre y supuse que lo que pretendía era canjearlo por el Domingo de elecciones, y yo no estaba dispuesta a ceder.
Cuando me presenté el lunes a las ocho a trabajar me volvieron a pedir el documento que me convocaba a la Mesa electoral para requerir a la Seguridad Social la devolucion del importe del seguro de ese día y yo dije que lo haría cuando me dieran el día libre que no me habían dado.
El jefe dijo que pensaba pagarmelo y yo que no me compensaba cobrarlo cuando lo que quería hacer era librar e ir a Málaga a ver a mi padre, aún ingresado, máxime cuando su decisión había sido unilateral y no me la había consultado.
Llevaba desde el día 9 de enero trabajando, asegurada desde el día 1 de febrero, con un contrato de cuatro horas, trabajando once, cobrando 900 €, y ahora también querían que no librara. Me pareció que debía mantenerme en mi postura.
Me dieron ese día libre y el siguiente.
Cuando volví el miércoles me encontré con el despido, improcedente claro, encima de la mesa. Y lo mejor de todo es que, por lo que se ve, la culpa la tengo yo por no tener suficiente interés por la empresa.
¿Clama o no clama al cielo?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues vaya morro no ? Eso seguro que te vas al sindicato y pones una denuncia y les meten un paquete de no te menees, y depues te tienen que readmitir. Intentalo no seas tonta.