El Sábado es el día de la Presentación. Desde por la mañana muy temprano las Camaristas estan con la Carreta limpiando el polvo que el camino le ha dejado, y cambiando las flores marchitas por una nuevas para que cuando la llevemos ante Ella luzca hermosa y todo el mundo pueda ver reflejado en su brillo el amor que llevamos en nuestros corazones. Son muchas horas de trabajo.
En todo el tiempo que llevo en la Hermandad nunca vi que cambiaran las Camaristas. Ya le tienen cogido tan bien el truco, se esmeran tanto en que todo quede perfecto, que no creo que haya nadie que lo hiciera ni mejor ni con tanta delicadeza, ni durante la Romería con la Carreta ni durante todo el año pendientes del Simpecao en la Iglesia.
Desde hace ocho años que lo solicité, tengo la suerte de ser quien este pendiente de la imagen y del camarín que hay en la Casa Hermandad. Cada semana, los viernes, pongo flores frescas en el pequeño Altar.
Con la Carreta suelo ayudar a las Camaristas desde abajo acercándoles las flores mientras ellas se esmeran en dejarla bonita.
Pero este año ha sido especial. En mitad del revuelo, se acercó a mi una de ellas y me dice que este año sería yo quien se encargase de hacer el frontal de la Carreta. Cuando participas de estas cosas consideras que es una suerte, y envidias la de ellas, pero nunca imaginé que algún día alguien envidiaría la mía.
Y así quedó...
¿ A que quedó hermosa ?
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