sábado, 26 de diciembre de 2009

Caja de bombones

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Me regalaron el 24 una caja de bombones.
Por Dios… ¡qué me gusta el chocolate!
Tan linda la caja… con su cama dorada, su lazo rojo, los papelillos de colores (cada uno escondiendo una sorpresa, una delicia para el paladar)… relleno de licor, de avellana… y esa forma de crujir al morderlo… un “uhmmmmmmmmm” de placer semejante a… (mejor dejémoslo), un trasladarse a sabe Dios qué sitios, un soñar con un sabe Dios qué cosas, sentir sabe Dios qué…(que mejor será que Dios no sepa tanto)… que casi me comí la caja entera en una Nochebuena que no fue tan buena porque la pasé solita, me quedé sin televisión, sin teléfono, recogiendo el agua que me entraba por el tejado y, durante unas horas, sin luz. Pero me puse tibia de bombones.
He buscado en Internet cosas referentes al chocolate. Y es curioso…” el cacao rico en flavonoides ayuda a proteger la piel de los rayos ultravioleta”… que, evidentemente, a mi no me sirvió porque era de noche… “Produce serotonina, lo que alivia la depresión y cualquier dolor emocional” … que tampoco me sirvió a la postre porque dos o tres posiblemente alivien, pero casi una caja sólo me produjo un empacho.
Y lo de “el chocolate sustituye al sexo” (como se han atrevido a asegurar algunos expertos que, con voluntarios, a los que primero les dieron a probar chocolate, y midieron sus pulsaciones y actividad cerebral y, a continuación hicieron besar a sus compañer@s, y saboreando el chocolate, los corazones de los conejillos de indias se aceleraban de 60 a 140 pulsaciones más que cuando dieron besos).... mucho me temo que tampoco porque lo único que conseguí fue que se me rompiera un empaste en una muela, que me dio una noche que ni el ibuprofeno, y todo porque no me di cuenta de que algunos venían con unos rellenos más duros de la cuenta. Vamos que la noche de “sexo y pasión” tampoco me la regaló ni Papa Noel, ni la caja de bombones.
Que están ricos… seguro. Que me encantan… seguro. Que seguiré disfrutando de ellos… seguro, cuando pueda. Pero falsas esperanzas… va a ser que no.
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8 comentarios:

Dyhego dijo...

MAILE:
¡Vamos a comernos unos cuantos bombones!
Salu2

Juanma dijo...

Genial esta nueva entrada suya. Al final los culpables son, como en tantas otras ocasiones, los rellenos. Deje usted que se demoren y derritan tranquila y lentamente en el paladar...y Dios dirá.

Un beso.

ELILUC dijo...

a veces pasa por desesperarnos!!!
muy bueno! felicidades.

maile dijo...

Dyhego, mi querido caballero, me temo que nos comeremos (al menos yo) tantos como haya. Con usted, los que haga falta.

Juanma...¡Ay, los rellenos! ¡qué peligro tienen!... pero me gusta saborear lo que hay dentro... también.

Mery... ¿Qué le vamos a hacer? Siempre nos "desesperamos por encontrar un "buen relleno" en el interior de un "buen bombóm".
Gracias por su visita y su comentario... prometo corresponder.

Felices Navidades a todos y... cuidadiito con los bombones (aunque, y a pesar de todo), yo seguiré en el intento de encontrar mi mejor chocolate.

SUPERMENDO dijo...

Decían los indios pre-colombinos que el CHOCOLATE era el alimento de los dioses, y probablemente llevasen razón. La verdad es que si un día estoy triste, y tomo chocolate, normalmente desaparece ese estado de ánimo como por arte de magia. Seguro que es bueno contra la depresión, aunque como todo, si abusar.
Saludos, Maile.

SOMMER dijo...

Yo lo que creo es que los tipos que hicieron la prueba del chocolate y el sexo besaban de pena...

campoazul dijo...

Estoy de acuerdo, que por muy buenos que estén todos los bombones del mundo que no sustituyen al sexo para nada, puede que de un alegrón por lo ricos que estan pero nada más, ojala en fin de año te salga mejor que la Noche Buena.

Un beso.

maile dijo...

PRDRO... tu es que no lo sabes... las mujeres cuando estamos tristes nos vamos de compras, aunque sea a los chinos. Y es que los bombones engordan.


SOMMER... ¡ donde se ponga un buen beso...!


CAMPOAZUL.. de acuerdo contigo... nanai de la china...


Feliz Año Nuevo a todos.