martes, 28 de abril de 2009

Mi hermana, mi querida hermana.

El día en que Dios hizo el reparto de las Virtudes yo debía estar dando vueltas por ahí y pensando en mis cosas porque pillé solamente las "escurriuras", y cuando descubro alguna de aquellas en alguien no puede, por menos, que producirme admiración y envidia.
La dedicación y el amor por los demás deberían ser incluidas entre esas Virtudes que nos enseñaron con el Catecismo. El desprendimienton y el interés, también y ya no serían sólo siete.
Mi hermana ha decidido que se quiere ir a Camerun. Si me lo hubieran dicho de otra persona lo consideraría algo admirable, algo que yo no podría hacer (ya me gustaría), pero esta vez no se si puede más mi admiración o mi egoismo... esta vez se trata de mi hermana que se quiere ir al fin del mundo, a un pueblo perdido en medio de Africa, rodeada de mosquitos y demás "bichos" que Dios tuvo a bien dejar por allí, de enfermedades, quizás en situaciones precarias.... a saber lo que se puede encontrar por aquellos lares.
Hoy no puedo alegrarme porque no quiero que lo haga, creo que es una locura.
Pero eso es lo que ella quiere, dice que es lo que siempre ha soñado y todos tenemos derecho a que nuestros sueños se vean cumplidos.
Tendré que alegrarme por ella aunque me cueste. Tardaré. Pero mientras tanto resulta que he de pedir a Dios que la ayude a conseguirlo... ¡ manda huevos ! (con perdón ). Y lo haré... pero, que conste, que será con la boca pequeña, casi cerrada, y muy bajito no vaya a ser que me oiga.

2 comentarios:

Valle dijo...

Pues sí, hermana mía, pero como siempre, mi gozo en un pozo. De nuevo me quedo con la miel en los labios sin ver cumplido el sueño de mi vida. No ha podido ser lo de Camerún. Ya era tarde para apuntarse a esa misión, pero como dice la directora de Madrid, otra vez será.
Me queda mi pena de no poder ver realizado lo que durante unos días me ha mantenido ilusionada (bueno, sabes que llevo años y años queriéndolo hacer), pero sé que me repondré de este "palo".
¿Quién sabe? Igual alguien no puede ir en el último momento y me llaman para que ocupe su lugar. Nada me alegraría más, te lo aseguro.
Y sentir admiración unida a la envidia o algo parecido por algien, no es muy bueno, porque cada cual tiene sus virtudes, sus carismas y doy fe de que tú tienes bastantes.
De todas formas, sigue pidiendo, aunque sea con la boca pequeña.
Besos.

maile dijo...

Seguiré pidiendo por ti y para ti, te lo aseguro, porque te lo mereces. Te quiero hermana.