sábado, 6 de octubre de 2018



Quise, como antaño, preguntar a la margarita, más temí su respuesta.
No esperaba un sí o un no sino un ya improbable.
Mañana, pasado, al otro…
y su último pétalo se me antojó demasiado lejano.
Estaba triste ese día.
Volví la cabeza y ni pregunté.


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