Que se abren las puertas del Cielo...

Parece mentira que una cosa tan insignificante, como caminar o dormir en el suelo, pueda suponer para algunos el sueño de todo un año. Yo me incluyo entre ellos.
Échate al camino, a caminar, entre polvo y arena, calor y sudor (o lluvia, frio y barro, según se dé) lejos de tu cómodo y querísimo sofá... a lavarte con agua fria y en un cubo como los gatos añorando tu duchita con agua caliente, tus sales de baño... a dormir en el suelo, en tienda o al raso, sin tu colchoncito de latex... es cosa de locos.
Durante unos dias serás un loco, pero un loco que cree que estando allí y con dar dos golpecitos en las puertas de la Gloria y estas podrían abrirse. Cuando menos sentirás que la Gloria no esta tan lejos.
Despojarse... sentirse capaz de despojarse de todo lujo, de toda comodidad, y ser felices, nos convierte en personas sanas y desprendidas, porque nos acerca a comprender que muchas de las cosas por las que luchamos no son tan necesarias. Nos deja ver la simplicidad de esta vida, lo poco que necesitamos, lo que nos perdemos, lo que no vemos, lo que no disfrutamos, lo que nos ofrecen y no vemos, lo que damos, lo que no tenemos y lo que tenemos... tantas cosas que cuatro dias siempre nos parecen pocos.
Porque caminar sólo bajo el amparo Divino, que no es poco... conciliar el sueño sin mas preocupación que la de ese mosquito que anda dando vueltas, compartir lo poco que llevas o esperar que otros lo compartan contigo, dormir a los pies de María es el mejor de los sueños.

Me voy "pal" Rocio, me voy muy cerquita de la Gloria, me voy a visitar a mi Madre y las puertas del cielo se abren para mi durante unos dias.

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