Me cortaste las alas, me quitaste el
vuelo
y escurriste los sueños que
pendían de mi.
Soy un trapo de dolor acurrucado
en la esquina de mis lejanos
pensamientos.
Con tu último acto me prendiste la culpa
en un collar sobre el cuello.
Me mataste la sonrisa, si es que quedaba en mi cuerpo.
Permanecí callada, temblando,
muriendo.
Llena de dolor, mi pena cortó el nudo apretado
por los lazos del tiempo.
Yo te quise tanto.
Tu nunca, es cierto.
Verte así tan solo...
Tan quieto, tan loco, tan poco.
Verme allí de mas...
Tan sola, tan nada; tan mal.
Autor desconocido para mi.
2 comentarios:
Bellísimo poema. Me ha encantado pasar por tu blog. Un saludo.
Gracias a ti Mara por pasar y por decirme de tu visita. Me alegra que te guste.
Saludos para ti También. Prometo devolver la visita.
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