Lo estoy sintiendo, madre… aquí… mira….
Me golpea y me derriba,
no me deja ver…
me parte en dos y no puedo soportarlo…
Me apaga y duele,
me abate y marchita
me desarma y entristece sin consuelo.
Me arrastra y me apena,
me consterna y me traspasa…
y me da miedo, sin remedio, madre.
Me estremece e intimida,
me desconcierta y turba…
Si el cielo se abre no sé dónde esconderme.
Me enloquece, me zarandea ,
conmueve hasta mi aliento…
y no es suficiente, madre, con saber
que sólo es el cielo, que se enfada.
8 comentarios:
La verdad es que un tormentos de esos,si no da miedo, por lo menos te inquieta.
Hace poco tuvimos por aquí uno de esos que ocurren cada diez años.
Saludos con calma.
Hola linda.
Las tormentas generan ese tipo de emociones... sobre todo si son tormentas emocionales.
Que espero que no sea el caso.
Saludos.
Cristofer.
Luego de la tormenta, vendrâ la calma porque asî es como funciona este mundo.
Parte del equilibri. No podriamos disfrutar de la calma si no hubiesemos salido de la tempestad.
Mi señor Diego, por la fecha puede que fuera el mismo. De haber podido me hubiese metido debajo de la cama... pero el gato me cogió la delantera.
Besos.
Cristofer... no, no es el caso, gracias a Dios. Elegiria cien veces una de estas que sólo me dan pánico.
Saludos y gracias.
Es cierto Jose Luis. Esa ansiada calma es siempre reconfortante.
Hace falta lavar muchas cosas en esta tierra, deja que llueva y que sea con fuerza, mas pronto acabaremos.
un abrazo
Las tormentas son sobrecogedoras, pero a la vez me encanta la fuerza que desprende la naturaleza en toda su magnitud…son un rio de emociones desatadas.
Saludos
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