No había vuelto a ver esa agenda. De hecho pensaba que la había perdido o la había tirado. Las anotaciones del año anterior poco importaban ya pero quizás le servirían de ayuda para estos días en los que su cabeza no estaba para pensar demasiado. Los días eran los mismos, los menús también podrían serlo. Estupendo no verse en la necesidad de "fabricarlos" de nuevo.
Pero no recordaba que había más.
Hoy, un día en el que no pudo actuar como hubiera deseado ante algo tan especial porque le estaba vetado, unas notas escritas en comandas de camarero, en servilletas de cafetería, amorosamente escritas y pinchadas en un tablero para que las encontrara nada más empezar el día... llenas de amor... guardadas como el mayor de los amores... aparecieron tras la última página, donde nadie sabía que estaban guardadas y que le recordaron cuántas cosas le quedaron por decir, por hacer y que se escaparon de sus manos como el agua entre las rocas de un manantial... cuántos abrazos por ofrecer, cuántos besos no dados, cuánta vida sin compartir.
No volvería al punto de partida, no podía, no debía... sólo quería.
¿Se puede luchar, se puede olvidar que se siente un amor así? No, pero se intenta, se seguirá intentando aún sabiendo que no se conseguirá jamás.
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