Al perderla
ambas hemos perdido:
yo por que ella era
a quien yo más amaba,
y ella por que yo era
quien la amaba más.
Pero de nosotras dos
ella pierde más que yo:
porque yo podré amar a otras
como la amaba a ella,
pero a ella nunca la amarán
como la amo yo.
Mejor es desnudarse a la
intemperie que no bajo una cúpula dorada, acristalada y prefabricada. El
corazón ha de ser para quien lo reclama ofreciendo un
corazón más. Como en la ruleta, apostamos a un solo número, un solo
corazón, un solo Dios... es un riesgo, un riesgo que asumimos
conscientes de que el fracaso es una posibilidad que no aceptaremos si
llega. Lo peor es que sabemos desde el primer momento si llegará o no y
aún así nos arriesgamos. No sabemos si hay un solo Dios, no sabemos si
hay un Dios... pero sólo tenemos un corazón y ese... ese va a su bola. Pero eso ya lo sabiamos. La vida resulta ser cachitos
de un espejo roto que nunca logramos recompner del todo. Mirarnos y ver
como una grieta nos desfigura siempre, eso es el día a día.
Es inconfundible, incombustible, y nunca sorprende porque da lo que todos esperamos, lo mejor.
No sé si el Jurado le dará otro primer premio este año pero yo ya se lo dí a este "carníval"