No, no te amo. Lo sé y lo sabes. Pero sé que sabes cómo no
te amo.
Nunca hubo un “no amor” que fuera amor con tanta fuerza ni
con tanta fe que doliera tanto.
Nunca hubo interés tan desinteresado ni curiosidad tan
curiosa que impidiera hablar.
Un beso furtivo, un roce de manos a escondidas, tanto miedo
a raudales…
Nunca hubo una mirada tan asustada, tantas palabras no dichas,
tanto deseo disimulado.
Nunca hubo un no amor ni tan simple ni tan complejo que no
nos confundiera al enfrentarnos a él.
Una esperanza, un anhelo, una ilusión…
Nunca un no amor apostó a carta tan alta ni pidió tan poco
como no ser amado.
Nunca un no amor respetó ni valoró tanto que decidiera ser
único.
Nunca un no amor desbocó tanta sonrisa.
Nunca un no amor se detuvo para pensar qué pasará después.
Nunca una vida sirvió para tan poco.
Nunca un tiempo fue tan malgastado.
Nunca un no amor fue de tanto amor.
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