... y vuelves a recordarme que
los que no son suficientes son el resto
que, cojos y mancos,
no serán nunca capaces
de vivir el amor a quemarropa
cuando lo que se ansía
es cuestión de valentía.
... que cuando de verdad amamos
estamos dispuestos a todo...
entre un mundo preparado para crecer
y el terror que produce
hacer hogar en parte alguna.
Y todo lo abandonamos al jurar amar...
y será cuestión de saber
hasta dónde somos capaces de llegar
cuando nuestra plácida existencia,
puesta del revés,
nos convierte en expertos
sin sentir remordimientos siendo felices.
... que no hemos de saber eso;
porque poco a poco se encarga el tiempo
de desaferrarnos a un tablón
lleno de clavos y
mil almas nos harán entender
que todo el dolor que nos causamos
nunca mereció la pena,
e intentando ser sincero con uno mismo,
sabiendo que no podemos mentirnos,
creernos o convencernos,
descubrimos que ya no amamos.
... y sin convencimiento
la negación se convierte en salvación
cuando nada, cuando nadie,
volverá a ser lo mismo
y el recuerdo nos consume
sin querer darle vueltas
por sentirnos amados a base de disparos
que nos atraviesan.