A los que vienen, y a los que no… a los que están y a los que son, pero no están… a los que dejan su huella y a los que prefieren sólo pasar… y a los que pasan y se quedan… a los que tienen esperanzas, o a los que se duelen de desesperación… a los solitarios, a los abandonados, a los olvidados… a los que me dicen y a los que les digo… a los que llegan desde lejos y a los que están ahí mismo… a los que quieren y a los que quiero… a los que recuerdo… a los que siempre van conmigo y a los que me llevan en su corazón… a los que conozco y a los que no… a aquellos con los que hablo… a los que les cuento y a los que me cuentan… a los que me hacen llorar y los que lloran conmigo… a los que me hacen reír y a los que me regalan una sonrisa… a los entrañables… a los contestatarios… a los que no admiten comentarios… a los que comparten ( y a los que no, pues también)… a los tristes… a los felices… a los exultantes de felicidad… a los románticos y los pragmáticos (incluso a los políticos)… a los que no entiendo y los releo para seguir sin entenderlos… a los poetas… a los chistosos… a los entrañables… a los informáticos, a los que cuelgan una entrada y se les borra y a los que no se atreven a colgarla… o a los que la cuelgan y luego la borran… a los que me dejan colgada… a los que regalan sueños o a los que van buscándolos… a los que me enamoran… a los que leo… a los que admiro… a los que necesito… a los que envidio… a los que amo, y a los que no también… o a los que acaban de llegar… a los que se fueron y los que vendrán… (Y seguro que se me olvida alguno)…
A todos ustedes, FELIZ AÑO.
Que 2011 sea el primer “mejor año” del resto de sus vidas.
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